martes, 18 de mayo de 2010

Lula logra un gran acuerdo con Ahmadinejad o ¿Chamberlain y Hitler se vuelven a encontrar?

Los acuerdos alcanzados por el Brasil; Turquía e Irán, en nada solucionan el conflicto en torno a la capacidad nuclear iraní, ni en cuanto a la finalidad del mismo programa.


Mientras la diplomacia brasileña aun no salía de la embriagues de fantasioso éxito, las primeras voces de preocupación se hicieron escuchar. Catherine Ashton, Jefa de la Diplomacia europea, señaló que ese acuerdo "puede constituir un paso en la dirección correcta" si se confirman los detalles, pero "no responde a todas las inquietudes" respecto al programa nuclear de Teherán.

Por su lado, el presidente permanente de la Unión Europea (UE), Herman Van Rompuy ha señalado que "el principal problema no es cargar de combustible el reactor experimental de Teherán, sino el programa nuclear en sí mismo. La AIEA ha presentado propuestas razonables sobre el combustible para el reactor pero Irán no ha respondido positivamente (…) Hemos oído pero no hemos visto las nuevas propuestas después de todas las complicaciones y confusiones que Irán ha sembrado en los últimos meses", estimó el presidente de la UE.

Van Rompuy reiteró que la posición europea "no ha cambiado: estamos seriamente preocupados por el programa nuclear de Irán", ya que el país "se ha negado a llevar a cabo discusiones serias sobre preocupaciones razonables de su programa nuclear".

Pero, si estos señalamientos no son suficientes, para reducir al menos la histérica euforia de la diplomacia brasileña, vale la pena señalar una pregunta crucial que ha realizado el presidente ruso, Dimitri Medvédev: “Surge la pregunta de si Irán enriquecerá uranio por su cuenta.” Interesante pregunta que por realizarse inoportunamente en medio de los festejos que suelen ser del agrado de los brasileños, tras tamaña victoria diplomática, la respuesta, no pudo, caipiriña mediante, ser respondida por los diplomáticos brasileños. Por suerte para ellos, estuvo bien dispuesto a evacuar las dudas rusas el Jefe de la Organización de la Energía Atómica iraní, Ali Akbar Salehi quién señaló: “No hay relación entre el acuerdo de intercambio y nuestras actividades de enriquecimiento, seguiremos con nuestras labores de enriquecimiento de uranio al 20%”

Bien, nótese que no he señalado las objeciones estadounidenses, ni británicas, ni mucho menos las israelíes y pese a ello ya hay suficiente evidencia de que el acuerdo alcanzado es un mero engaño para que Irán gane tiempo, que es lo que necesita. El acuerdo alcanzado, nada señala sobre la puesta a punto, este año por parte de Irán de 25.000 centrifugadoras de uranio, que se sumarían a las 7.000 que ya tienen y nada aclara el acuerdo, sobre el Plan de Irán de sumar a dichas centrifugadoras otras 52.000 más en los próximos años, lo que sería del todo innecesario si Irán va a recibir de Francia y Rusia, el uranio enriquecido que Irán dice requerir, tal y como lo señalara el parlamentario iraní Ahmad Bozorgian.

Bueno, no seamos tan negativos con la diplomacia brasileña, que a estas alturas ha logrado elevar a Lula como el Chamberlain versión S. XXI, lugar muy honorífico por cierto.

Hay otras cuestiones que debería preocupar de los acuerdos iranio brasileños y son los que tienen que ver con los intercambios entre ambos países, ya que, a estas alturas, no es ningún secreto clasificado que la Triple Frontera es un nido de financiamiento ilegal para grupos terroristas como el Hizbollah, núcleo de financiamiento que se verá fortalecido y que contará con la nada despreciable oportunidad de enviar y recibir hombres y recursos vía Irán. Este aspecto de los acuerdos iranio brasileños, deberían despertar alarma, si bien no es esperable en toda América Latina, sí particularmente en la Argentina, que ha visto la utilidad que las organizaciones islamistas encuentran en tan complicada frontera para poder concretar atentados en la misma ciudad capital de los argentinos por dos oportunidades.

La diplomacia brasileña, puede seguir festejando, nada tiene que le preocupe en relación a sus “hermanos” latinoamericanos del Plata, ya que esa diplomacia es inexistente, a tal punto, que no supo aprovechar la popularidad de Lula Da Silva en Irán para incluir en los acuerdos, que Irán entregue a sus funcionarios requeridos por la Justicia Argentina.

Donde debería poner el Brasil mayor cuidado, es en no quedar pegado, entre tanto festejo, a la lastimosa figura de la Inglaterra de Chamberlain, pero parece ser que los vahos de la caipiroska no les permite dimensionar, en medio de tanto exitismo, las graves consecuencias que anuncios de tanta pompa entre gallos y medias noches, pueden acarrearle al Brasil.

Finalmente hay que remarcar, que el acuerdo alcanzado no arroja luz sobre el programa nuclear iraní, más bien todo lo contrario, se limita sólo a un intercambio de uranio, en suelo turco controlado hoy por el islamista Erdogan, pero nada señala ni resuelve sobre la continuidad del enriquecimiento de uranio, por parte de Irán, y ese el problema que Irán continúe con su programa nuclear, al bajo costo de entregar una parte de su uranio poco enriquecido, para poder, ahora gracias al Brasil, seguir con su programa nuclear sin mayores presiones de occidente, del occidente que no come vidrio y que no olvida a la tristemente célebre figura de Chamberlain Da Silva.