jueves, 4 de marzo de 2010

El Judío Bueno o El Buen Traidor

No hay nada nuevo en decir que los enemigos de Israel son muchos y que muchos de ellos, principalmente en Occidente, ocultan su judeofobia tras la máscara del antiisraelismo o del antisionismo. No hay dudas tampoco, sobre el buen favor que les hacen a éstos enemigos del Pueblo Judío, disfrazados de antisionistas, aquellos grupos judíos que se definen a sí mismos como no sionistas, por caso los impresentables miembros de Naturei Karta o los maliciosamente traidores de la extrema izquierda israelí, como los miembros de Betzelem; Anarchists Against the Wall o Paz Ahora. Ellos, con sus actitudes, ponen en peligro la vida de muchos de sus propios hermanos judíos, tanto en Israel, como en el mundo, pues, a la perfección, cumplen el rol del “excepcional judío bueno” al que suelen referir siempre los antisemitas a través de un imaginario “amigo judío”.


Este “Judío Bueno” ha existido a lo largo de la historia del antisemitismo, pero nunca antes se había materializado en beneficio de los judeofóbicos enemigos mortales del Pueblo de Israel, “judíos buenos” incluidos.

Si los enemigos de Israel y del Sionismo, no descargan contra estos grupos su artillería discriminatoria; difamatoria y mortal, no es por que se los considere buenos, sino útiles que no es lo mismo. ¿Podrían los grupos de la extrema izquierda israelí manifestarse a favor de sus ideas en un mundo islamizado? Su “ateismo” y lucha de clases, serían sepultadas en un mar de lapidaciones, toda vez que tales postulados, son contrarios a las leyes islámicas. ¿Y si fuera en Occidente? Ya hemos tenido una basta experiencia de muertes a manos de regímenes opuestos (al menos en apariencia) a las ideas del socialismo y que no dudaron en discriminar a todo judío, tildándolo de “traidor apartida bolchevique” aun cuando dicho judío, no tuviera nada en común con los postulados del socialismo. Pero a no engañarnos, pues también del otro lado de la Cortina de Hierro, hemos visto el trato que se les daba a los judíos y no hablemos de los religiosos que eran, a ojos del comunismo, traficantes del Opio de los Pueblos, señalemos la suerte, solamente de los judíos laicos, que supieron ser perseguidos y encarcelados por su cosmopolitismo, contrario a los intereses de la Revolución.

Tomando en cuenta la Realidad presente y la Experiencia histórica, hay en los grupos colaboracionistas de la extrema izquierda israelí, una actitud francamente suicida y homicida en relación a sus hermanos judíos. Mal que les pese a estos colaboracionistas, sólo dentro del marco de un Estado Judío ellos podrían manifestar sus creencias políticas, sin temor a ser perseguidos por su judeidad. Judeidad que más allá de toda teorización sobre la misma, se manifiesta para los enemigos del Pueblo Judío, en el sólo y simple hecho de nacer. Ya lo decía una copla cuyana de fines del S XIX:

“Así me dijo un anciano
queriendo darme un consejo:
no puede ser buen cristiano
quién ha sido judío viejo”.

Esta referencia a aquellos que buscaron sobrevivir en la España del S XV, dominada por los reyes católicos de Castilla y Aragón, convirtiéndose al cristianismo, muestra que la judeofobia, trasciende por generaciones y castiga con dureza a los descendientes del Pueblo de Israel, y aun cuando los mismos nada llegaron a conocer de sus ancestros judíos, supieron sufrir el desprecio y la hoguera que movía y moverá siempre a los enemigos del Pueblo Hebreo.

Los Naturei Karta, si bien son harina de otro costal (un poco más kosher que los anteriores) su comportamiento tampoco les va a ayudar a ellos y ni falta hace recordar que tampoco a sus hermanos judíos. Para enfrentar a nuestros enemigos, no basta con rezar, ya que los hechos indican que D’s no se siente muy inclinado a ayudar a quienes no buscan ayudarse a sí mismos. Los judíos necesitamos de hombres religiosos, a no dudarlo, pero también necesitamos a hombres laicos y pragmáticos que sirvan de instrumento de salvación, recordemos que no fue rezando solamente, cómo David logra vencer a Goliat. Necesitamos de hombres como los hermanos Bielski, como Mordejai Anilewich y tantos otros que no dudaron en ofrendar sus vidas para salvar vidas judías. El Estado de Israel, no es mucho más que la Unión Perpetua del Espíritu de aquellos hombres y mujeres que lo dieron todo por sus hermanos judíos, que lucharon para proteger la vida y dignidad del Ser Judío, en todas sus facetas. La Mitzva de proteger a nuestros hermanos, logra en la existencia misma del Estado de Israel, una de sus garantías de cumplimiento más seguras. El Midrash en Bamidbar dice que cuando el Pueblo de Israel es atacado, Ha-shem sufre, por lo tanto, la forma de evitar ese sufrimiento, no puede ser otra que mediante la existencia del Estado de Israel que ha tomado sobre sí, la responsabilidad de proteger a cada judío de Eretz Israel y del mundo.

Los Naturei Karta, pues se engañan a creer que la existencia del Estado de Israel demora la llegada del Meshiaj, y se engañan si creen que un modo de vida religiosamente judío puede ser llevado adelante cabalmente en un mundo islamizado. Mal que les pese a ellos también, el Estado de Israel es la garantía de su modo de vivir el judaísmo.

Lo único que se les puede pedir a ambos grupos colaboracionistas y prototipos del “Buen Judío” es que simplemente se abstengan de colaborar con nuestros enemigos, no les pedimos que renuncien a pensar lo que les plazca, pero sí debemos pedirles que mediten bien en sus acciones que ponen en peligro la vida de sus propios hermanos judíos. Criticas puertas adentro, todas las que quieran, pero puertas afuera, somos todos el mismo Pueblo Judío, somos todos iguales víctimas de los ataques de los antisemitas del mundo y si nosotros, los sionistas y defensores del Estado de Israel caemos primero, no duden que luego seguirán peor surte ustedes, pues como decían los romanos: Roma proditoribus non praemia soluit (Roma no paga traidores)

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