sábado, 7 de febrero de 2009

La Iglesia del Papa Nazi


La Iglesia de Benedicto XVI, atraviesa hoy día, momentos de contradicción, momentos de confusión, momentos de desorientación, y que no serían tales si, utilizaran el sentido común y le básica y humana idea de respeto a la memoria de los muertos.
Hace unos días, Benedicto XVI de dudoso prontuario y dudosa honorabilidad, levanta la excomunión a los Lefebvrianos, pues ya no rechazaban la razón de su excomunión, a saber: El Concilio Vaticano II. No importó, si los hombres a los que se le levantaba la excomunión, eran confesos antisemitas y negacionistas de la shoá, está claro que para la Iglesia Católica, es más grave negar una serie de documentos teológicos, que negar la memoria de millones de seres humanos asesinados por los ex compañeros de armas de Ratzinger.

Tras el levantamiento de la excomunión, a los dichos negacionistas, se sumó el Obispo Floriano Abrahamowicz, lo que pone en evidencia, que la cúpula lefebvriana, es antisemita. Pese a ello, no ha habido cambio de posiciones en el papado, sólo se limitaron a repetir que condenaban el negacionismo y que la Iglesia no negaba la shoá. Y sólo por presión de las entidades judías, a las que se sumará la Canciller de Alemania, el Papa le pide a éstos Obispos que se retracten. De allí en adelante, hubo una serie de declaraciones de sacerdotes católicos que salieron a defender a su jefecito, el presbítero Guillermo Marcó cofundador del Instituto para el Diálogo Interreligioso en Argentina, sale en defensa del Papa afirmando que la shoá fue condenada reiteradamente por Benedicto XVI, por lo que Merkel, estaba mal informada y que la excomunión era por un tema interno de la Iglesia. Bien, esperemos verle ahora pedir nuevamente la excomunión, o aclaraciones al Papa, por haber levantado la excomunión a alguien que no ha cambiado de posiciones, ello debería hacer Guillermo Marcó, si es que tiene el valor de ser coherente consigo mismo, por haber afirmado que las excomuniones eran por un tema, que a vista de las nuevas declaraciones de Williamson, no se ha resuelto en absoluto.

Una barbaridad mayor, vino de la mano de otro miembro encumbrado de la Iglesia, el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, que minimiza los dichos de Williamson, al nivel de “tontería” que las reacciones contra el Papa, fue por la “mala leche” de la Prensa que unió dos temas que no tienen nada que ver. Cuando el periodista le preguntó, por qué le levantan igualmente la excomunión a un negacionista confeso, siendo que en Internet es fácil y sencillo encontrar la trayectoria de Williamson en relación al tema, el virtual Ministro de Salud del Vaticano, entre risas, señaló que ellos no poseen un cuerpo como el FBI. Habría que agregar que tal parece tampoco tienen Internet, ni moral.

Pero la sorpresa viene de los lefebvrianos del noreste de Italia que decidieron expulsar a su Obispo de la Fraternidad Pio X, paso que el Papa, no se atreve a dar. Lo que nos lleva a preguntarnos los motivos de tal negativa. Hans Kung, un teólogo disidente de la Iglesia y ex compañero de estudios de Ratzinger en la Universidad de Turingia, criticó al Papa por haber levantado la excomunión, pues los lefebvrianos no se habían retractado de sus posiciones y agregó que el Papa, sabía desde antes de convertirse en Benedicto XVI, que los lefebvrianos eran antisemitas. Desvincular esto, al pasado hitlerano de Benedicto XVI, resulta imposible ya.

¿Qué hará ahora el nazi de Benedicto XVI? ¿Se atreverá a excomulgar a los lefebvrianos por negar el Vaticano II? ¿se atreverá a excomulgarlos por negar la muerte de millones de seres humanos? A ésta pregunta la respuesta, evidentemente, resultará negativa, a los sumo, adjuntará para salvar las apariencias (que de ellas vive) el nagacionismo de la shoá, a lo que éste sujeto considera más importante, salvar las apariencias teológicas. Pues es de seguro que dadas las declaraciones recientes de Williamson, el aspecto teológico en Ratzinger, es sólo aparente. Más interesado parece estar en mantener a la Fraternidad Pio X, a cualquier costo moral y teológico, dentro de la Iglesia y así evitar un cisma que en hacer valer la memoria de millones de muertos y defender los principios de respeto a los Derechos Humanos que el Concilio Vaticano II establece.

Finalmente, debemos recordar las más recientes declaraciones del antisemita de Williamson. Ha señalado que 1) Necesita tiempo para reveer su posición sobre la shoá, pues debe revisar si han aparecido pruebas que le den validez a la versión oficial. 2) Considera al Vaticano II como responsable del caos teológico 3) Afirma que los Derechos Humanos son anticatólicos.

Este tipo de declaraciones, no necesitan de mucho para ser criticadas, habría que preguntarle al Papa, si negar los Derechos Humanos son motivo de excomunión.

El cinismo de Williamson no tiene límites, el obispo nazi, necesita ver si hay pruebas, pero como su antisemitismo es tan grande, así como hasta ahora no ha visto las millones de pruebas que hay, tampoco las verá luego. Es evidente, que si se retracta finalmente, no lo hará por cambio de actitud sincera, sino por que se lo han ordenado. Y si necesita “tiempo” no es por que va a ponerse a leer, sino por que como buen nazi cobarde que és, no puede asumir las consecuencias de sus actos y se toma el tiempo para simular ser un hombre serio y responsable que no opina sin haber analizado. Éste cinismo digno de un psicópata, lo hacen merecedor no sólo de la excomunión y de la cárcel. Sino también de un peritaje psiquiátrico. No sea que estemos condenando verdaderamente a un psicópata. Sostener luego que los Derechos Humanos son anticatólicos, pone en evidencia el verdadero espíritu que anima a éste sujeto. Se olvida que lo que D’s ha creado es al Hombre, no a la Religión. Se olvida de las enseñanzas bíblicas “Ama tu prójimo como a ti mismo” o del nuevo testamento “amos los unos a los otros”. Si verdaderamente cree que los Derechos Humanos son anticatólicos, debería ser expulsado no sólo de la Iglesia, sino de toda comunidad que se pretenda religiosa.

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